- Los clientes son la base de todo negocio
- No todos tus clientes serán buenos prospectos
- Un mal cliente puede afectar la productividad y no ser tan rentables como esperabas
Los clientes son la base de todo negocio. Lograr que se fijen en ti y mantenerlos interesados en tu negocio es lo más importante dentro de una empresa. Sin embargo, no todos los clientes con los que te vas a topar serán buenos prospectos.
A pesar de ser el motor que le da vida a tu negocio, existen algunos casos en los que los clientes, en lugar de contribuir a un crecimiento, pueden afectar la productividad y no ser tan rentables como lo esperabas.
Habrá varios tipos de clientes y no todos serán agradables. Si vendes productos, puede que no quede de otra que dejar a la suerte el tipo de cliente que te va a tocar. Pero antes de tener problemas de cualquier tipo de cliente, lo mejor es que te prepares para hacer frente a esa situación.
Estos son algunos de los cientes negativos con los que tendrás que toparte y cómo hacerles frente.
Cliente acumulador
Este tipo de cliente tiene como hábito la colección de cotizaciones, siempre procurará tener nuevas propuestas para pedirte cotizar y normalmente no define pero siempre urgen los presupuestos.
Cliente curioso
Este tipo de cliente quiere saber todo lo relacionado con tu producto, desde cómo se planea hasta cuánto te cuesta producirlo, su objetivo final es evitarse un gasto y encontrar solución a sus problemas por el menor costo posible.
Cliente de regateo
Sin importar si tu oferta es el ejemplo de perfección en cuanto a desarrollo y precio, siempre buscará pagar lo menos posible aunque afecte los costos de tu compañía.
Cliente destructor
Tratará de hacer menos cualquier proyecto o servicio que le presentes, normalmente es alguien que fue emprendedor alguna vez pero se olvidó de ello.
Cliente burocrático
Debes tener toda la documentación necesaria para poder entrar al grupo selecto de proveedores y después pasar por todos los filtros y trámites. Está dispuesto a escuchar tu propuesta comercial.
Cliente deshonesto
Algunos solo consumen bienes y servicios gratuitos y no tienen intención de compra. También encontramos aquí a aquellos que hacen investigación, como estudiantes y competidores, en la búsqueda de información para sus fines particulares.
Cliente demandante
Solicitan recursos y medios adicionales a lo contratado. Son clientes buscando más de lo que compraron, en la creencia de que esos beneficios adicionales son un derecho adquirido.
Clientes exigentes
Parecido al cliente demandante, pero más conocedor de los productos que buscan. Ellos intentan obligar modificaciones al producto o servicio. Su justificación: el precio pagado debe incluirlo.
Clientes inconstantes
Su lealtad se modifica con rapidez cuando otro proveedor suministra productos y servicios parecidos: normalmente, el precio determina su fidelidad. La relación precio-calidad no es una variable importante.
Clientes inconscientes
Crean condiciones de estrés y generan situaciones problemáticas, por responsabilidades no cumplidas y que fueron adquiridas en la contratación del servicio. Estos casos se presentan cuando el cliente no tiene claridad de lo que contrata.
Clientes impacientes
Pretenden modificar los tiempos de preparación de proyectos, ejecución de procesos o entrega de productos, reduciendo los periodos de presentación, lo que puede ser problemático para empresas con procesos y tiempos establecidos.
Cliente indeciso
Suele pedir cambio tras cambio durante la ejecución de un proyecto y muchas veces sobrepasa límites y el precio establecido.
Existen muchos clientes complicados, lo importante es no perder la actitud emprendedora y manejar con tacto este tipo de aspectos, ya que un cliente negativo puede afectar los procesos de tu compañía o puede ayudarte a crecer y aprender.
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