- Un impuesto pagado solamente por las mujeres
- Distintas son las categorías que ostentan este impuesto que llama a la desigualdad
- Conoce cómo se comporta dentro del comercio electrónico
Si eres una mujer, ya sabrás lo que es el impuesto rosa, o Pink Tax. A palabras de la Segob, el Pink Tax es cuando el precio de un producto que va dirigido a niñas y mujeres es mayor, comparado con los de niños y hombres.
Y es que basta con ir al supermercado y comparar los precios de los artículos idénticos, pero enfocados a hombres y mujeres. Un ejemplo son los rastrillos. Los de hombre son azules, los de mujer rosas. Si compramos ambos de la misma línea, notaremos una diferencia en el costo, a pesar de ser iguales.
Una diferencia de precios que pueden ser desde centavos hasta decenas o centenas de pesos más, que son difícilmente justificables a la vista. Esto es el impuesto rosa, algo que las consumidoras continúan pagando al pensar que se trata de un producto diseñado especialmente para ellas. Ya sea que cuiden mejor su piel, que cuenten con fragancias femeninas o cualquier otro significado que asociemos con lo femenino, con esa tonalidad rosa.
El pink tax, o impuesto rosa, se trata en realidad de un sobreprecio que pagan únicamente las mujeres por productos cuya creencia es que fueron diseñados para ellas exclusivamente, pero que, en realidad, son los mismos productos enfocados a los hombres.
Podemos observarlo en una amplia gama de productos para todas las edades. Desde juguetes, artículos para bebés, rastrillos, shampoo, cremas, exfoliantes, etc, hasta productos como las pólizas de seguro. Sobreprecio que proviene de la mercadotecnia para explotar, según la opinión de la AMVO, el hecho de que las mujeres son quienes toman las decisiones en cuanto a las compras del hogar y consumidoras ávidas, en la mayoría de los casos.
De acuerdo con la Profeco, este sobreprecio se debe a que las marcas invierten más dinero en la presentación de sus productos, empaque, diseño y publicidad, por estar dirigidos a un público femenino. La cuestión radica en que esta alza al precio no está justificada, lo que indica una cuestión de género.
Un estudio publicado en 2015 en la ciudad de Nueva York, concluyó que, en promedio, los productos para mujeres equiparables con los de los hombres cuestan 7% más. Este estudio hizo un recorrido por tiendas tanto físicas como en línea para hacer una comparación y encontró que la categoría de cuidado personal los productos cuestan en promedia 13% más si son para mujeres.
¿Y el comercio electrónico?
El comercio en línea no está exento de este impuesto rosa. Esto se debe a que no depende del canal de venta sino de las marcas y la mercadotecnia detrás de los productos y servicios. Sin embargo, existe la posibilidad de comparar con más facilidad los precios de los mismos productos enfocados para mujeres y para hombres, ya sea en el mismo E-commerce o entre varias plataformas de comercio.
Las marcas y los especialistas de marketing deberían enfocarse en corregir y combatir el Pik Tax, para así brindar una equidad a sus productos y servicios, del mismo modo en que se enfocan para ser socialmente responsables.
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