Antes de tomar una foto, asegúrate de que el producto esté en perfectas condiciones. Límpialo y quita cualquier polvo o marcas. Si es ropa, plancha las arrugas. Esto garantizará que tu producto luzca impecable.
La iluminación es clave en la fotografía de producto. Utiliza la luz natural siempre que sea posible. Evita las sombras fuertes y considera usar un reflector o difusor para suavizar la luz. Si trabajas en interiores, las luces LED suaves son ideales.Un fondo limpio y simple ayuda a que el producto sea el protagonista. Utiliza un fondo blanco o gris claro para destacar el producto. Puedes usar papel, tela o tableros de espuma para lograr esto.
Un fondo limpio y simple ayuda a que el producto sea el protagonista. Utiliza un fondo blanco o gris claro para destacar el producto. Puedes usar papel, tela o tableros de espuma para lograr esto.
Para evitar imágenes borrosas, utiliza un trípode. Esto es especialmente importante en tomas de primer plano o exposiciones prolongadas. Un trípode proporciona estabilidad y claridad.
Experimenta con diferentes ángulos y perspectivas para mostrar tu producto de la mejor manera. Prueba tomas desde arriba, a nivel de los ojos o incluso a nivel del suelo. Asegúrate de que las fotos destaquen las características clave del producto.
Después de tomar las fotos, realiza una edición ligera para mejorar la calidad. Ajusta el brillo, contraste y nitidez según sea necesario. Asegúrate de que los colores sean precisos y que el producto se vea lo más cercano posible a la realidad.